A la hora de intentar llevar a buen puerto un plan formativo para personas que quieren mejorar su empleabilidad hay que tener muy presente la diversidad de territorios y sectores en nuestra Comunidad Autónoma.
Un modelo que quiera destacar en excelencia se tiene que aasentar en la sólida, permanente y eficaz colaboración con entidades públicas y privadas de cada territorio, así como con los agentes públicos y privados actuantes en el mismo, con el objetivo de sumar voluntades, concentrar esfuerzos, y aportar recursos de formación para el empleo a nivel local en el momento coyuntural de crisis que estamos viviendo, mediante una amplia oferta formativa adaptada a las demandas, los recursos necesarios para optimizar y potenciar el esfuerzo de interrelación con todos los agentes implicados, públicos y privados.
Precisamente porque hay que ser conscientes de que muchas instituciones carecen de los recursos necesarios para mantener las inversiones o desarrollar acciones que promuevan la creación y mantenimiento del empleo de sus ciudadanos y ciudadanas, hay que llevar a cabo, en el marco de una buena colaboración institucional, actuaciones vinculadas a proyectos de prestación de servicios de interés local, permitiendo, además atender a un empleo en clave de igualdad de género a colectivos con dificultad de empleabilidad que anteriormente no estaban suficientemente cubiertos.
Además, gracias a este enfoque se lograría dos objetivos claves:
1. Potenciar el cambio de modelo productivo en Andalucía, desde lo local a regional, favoreciendo su productividad y competitividad exterior y garantizando la sostenibilidad.
2. Otorgar a la formación para el empleo la condición de ser un actor clave e imprescindible para la transformación de la realidad sociolaboral de los territorios, potenciando la generación de empleo o autoempleo de calidad y sostenible.
Para ello, además de impulsar y atender adecuadamente la recuperación, el desarrollo y mejora de los sectores tradicionales, se conseguirían realizar prospecciones para dotarlos con nuevas propuestas de acción centradas en la incorporación de las nuevas tecnologías y las nuevas formas de comercialización de productos que estas tecnologías les pueden ofrecer.
El adecuado análisis sobre la situación y el futuro de cada uno de los sectores productivos territoriales nos permite orientar este modelo formativo para que facilite a las personas trabajadoras ser competitivas en el mercado laboral, siendo ellos los principales actores y protagonistas de la generación de riqueza para una región.
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