jueves, 28 de abril de 2011

El discurso del miedo.


Hay cosas que no necesitan inventarse porque alguien ya lo hizo por nosotros y, además, da un resultado maravillosos.

Las declaraciones, esta semana, del que fuera ministro del interior en épocas de Aznar, Jaime Mayor Oreja, afirmando que “ETA siempre preferirá proyectos de Zapatero antes que del PP”, buscan el desprestigio del rival al mismo tiempo que hace una apelación al miedo.

George Lakoff nos hablaría del lenguaje cognitivo y como evocar la imagen del miedo o del caos relacionándola con un término. El resto del mundo podríamos decir “calumnia que algo queda”.

Algo de razón ha de llevar la encuesta de Público de ayer pues el desprestigio del adversario se presupone que ha de llegar a escena cuando los sondeos electorales no les conceden el apoyo suficiente para alcanzar el poder. Es en ese momento cuando los equipos de asesores se lanzan a la captura del voto intentando minar la imagen del adversario.

Otra cosa a tener presente es la perfecta sincronización de una orquesta perfectamente desafinada que parece haberse convertido las declaraciones de los dirigentes del PP en todo lo referente a la lucha antiterrorista. Por este motivo encontramos declaraciones contradictorias dentro del mismo partido en función de quien las realice. No es lo mismo escuchar a Mayor Oreja, que al actual responsable del del PP en el País Vasco, así como si el mensaje sale del entorno cercano del actual equipo que dirige la calle Génova.  
 
Mayor Oreja no pretende otra cosa que desprestigiar al actual presidente del gobierno

Frente a los que pretenden dar una imagen de crispación, imagen vinculada siempre a la oposición, han de estar los que han de dar una imagen de gobierno y liderazgo mediante la sencillez, la humildad, la capacidad y competencia de proporcionar y aportar simpatía, proximidad, cercanía y vocación profesional.

Se rumorea que Pedro Arriola, el gurú de la comunicación de los populares, avisó que la verdardera ventaja del PP sobre el PSOE era de un par de puntos. ¿Será ese el motivo del discurso del miedo?

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