jueves, 26 de mayo de 2011

Congreso o primarias.

“Las ciudades se dividen entre las que tienen Corte Inglés y las que no”. Esta fue la frase que recuerdan todos los campogibraltareños del que fue alcalde de Algeciras cuando se inauguró la nueva tienda de las empresas de Isidoro Álvarez en esa localidad. Fue en la década de los 90 y con esta inauguración, justo antes de unas elecciones municipales, el entonces alcalde, se pensaba que volvería a ganar de calle, pues ya había conseguido que “El Corte Ingles” abriese una tienda en su ciudad.



Con lo que no contaba era con el hambre de los ciudadanos. El alcalde se había centrado en una guerra que no era prioritaria para sus vecinos y el resultado fue el esperado, derrota en las urnas y perdida de la alcaldía tras mas de una década como máximo responsable del ayuntamiento.


Algo parecido, por no decir exactamente lo mismo, está sucediendo en el seno del PSOE. El análisis de la derrota en las municipales ha durado 24 horas, desde entonces solo se habla de primarias o congreso.


Tras resumir los motivos de la derrota electoral a la crisis económica, no hay conversación ni tertulia que se precie donde no se haga la consiguiente pregunta ¿Primarias o congreso?


Al igual que el citado alcalde, el PSOE parece no haber entendido nada del mensaje de los resultados electorales.


¿Alguien se ha parado ha pensar en la ansiedad crónica que se ha inculcado a los votantes? El PSOE se ha vuisto inmerso en un discurso, primero de negación de la crisis y una vez asumida la existencia de esta, afirmar que es una crisis como nunca antes hemos vivido, pero que la economía y el empleo comenzarán a mejorar a finales de año o en el primer trimestre del siguiente…….


Tiren de hemerotecas y comprobarán que desde 2008 este es el discurso que todo dirigente socialista ha trasmitido desde hace 3 años, más de 1.000 días, 26.000 horas de la misma cantinela que ha terminado creando en la sociedad una constante situación de ansiedad crónica incurable, pues la solución que predican sus dirigentes nunca llega y la situación personal de los ciudadanos que, lejos de mejorar, van comprobando como esa ansiada recuperación económica, nunca llega.


“La culpa es de la crisis”. Del mismo modo que James Bonn tenía licencia para matar, no hay dirigente que se precie que tras soltar esta frase adquiera automáticamente la licencia para no asumir ningún tipo de responsabilidad en los resultados electorales.


Algo falla en el seno del PSOE, pero no es una cuestión de personas, estamos hablando que es un problema estructural, es un problema que va mucho más allá de cambio de líder.


Los votantes no se ven identificados con este partido. Al ciudadano medio le cuesta entender como en esta situación económica, la política del país haya virado hacia la derecha en detrimento de los más necesitados. ¿Qué son imposiciones de la Unión Europea? Por supuesto, eso nadie lo discute, pero lo que está claro es que la ciudadanía, con sus cinco millones de parados, no lo han entendido.


Lo que le ha pasado al votante socialista es lo que le hubiese pasado a un votante de derecha si bajo un gobierno del PP se ampliase la lay del aborto, se hiciesen leyes para favorecer el matrimonio entre personas del mismo sexo o se iniciase una política de integración de la población inmigrante.


Por este motivo el problema del PSOE difícilmente se solucionaría con un cambio de cara en el próximo cartel electora. Estamos ante un problema estructural que ha de ser debatido en profundidad en un congreso, sin que con ello se olviden la posibilidad de primarias.


Antes de hablar de personas hay que hablar de proyectos, de modelos de partidos y gestión, pues puede pasar como le pasó a aquel alcalde de Algeciras que confundió su interés y preocupación personal con el verdadero interés y preocupación de la ciudadanía

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