Era un secreto a voces. La situación se estaba tornando en insostenible, Nos encontramos ante la primera generación de jóvenes que tienen la impresión de que generaciones pasadas tenían mejores expectativas que las que ellos tienen actualmente.
El expresidente del gobierno, Felipe González, afirma de los “indignados”, que son la extensión de los movimientos vividos en el mundo árabe, adaptados a la civilización europea.
Fue a partir de los años setenta cuando se produjo una renovación teórica en el campo de los movimientos sociales. Los nuevos fenómenos de movilización social, como las luchas por los derechos civiles, el ecologismo, el pacifismo o el feminismo, surgidos en los años sesenta en Europa y los EE.UU., pondrían en evidencia la distancia entre el marco teórico disponible y la nueva realidad empírica.
El enfoque de los nuevos movimientos sociales que se dieron en Europa era en respuesta al reduccionismo del marxismo ortodoxo que explica toda acción social a partir de la dicotomía estructura/superestructura y que considera a la clase obrera como único actor de los movimientos.
Ahora estamos ante un nuevo mundo, ante unos nuevos ciudadanos y ante unos gobiernos que han de dar soluciones a los cambios culturales y macroestructurales que dan lugar a nuevas identidades que emergen a través de los movimientos sociales.
Las protestas son una fase de intensificación de los conflictos en el sistema social. La movilización iniciada por una “vanguardia” tras percibir un cambio en la estructura de oportunidades reales se expande a otros grupos y, a poco que los partidos políticos no les atiendan, se expandirá y multiplicará.
Los ciclos de protesta se caracterizan por un aumento y difusión del conflicto por el efecto demostrativo de las primeras movilizaciones, cambios en el repertorio de confrontación donde se ponen a prueba nuevos marcos culturales, aparición de nuevas organizaciones y radicalización de las existentes y un incremento de información e interacciones entre los grupos movilizados y entre estos y las autoridades.
Todo esto es el resultado de una clase dirigente cuyas preocupaciones parecen ser ajenas a las de los ciudadanos y sobre todo, una clase dirigente que se ha convertido en el tercer problema de la ciudadanía, por encima, incluso, del terrorismo.
No les interesa de quienes son las competencias del Guadalquivir, no quieren saber nada sobre una caja única, dan la espalda a partidos políticos con listas repletas de imputados. Son personas que ven como los bancos les niegan unos créditos para poner en marcha sus ideas emprendedoras, personas que ven como pagan jubilaciones multimillonarias a directivos mientras ellos no pueden ni soñar con tener una hipoteca. Personas que no pueden llegar a fin de mes trabajando 15 horas diarias y se encuentran a cargos políticos con tres sueldos (cuyos ingrsos superan los 200.000 € anuales) y que se justifican afirmando que "Ellas trabajan más que nadie". Son personas que ven como expresidentes tienen sueldos o pensiones vitalicias por más de 80.000€. Son ciudadanos y ciudadanas que quieren trabajar, poder mirar al futuro con optimismo.
El expresidente del gobierno, Felipe González, afirma de los “indignados”, que son la extensión de los movimientos vividos en el mundo árabe, adaptados a la civilización europea.
Fue a partir de los años setenta cuando se produjo una renovación teórica en el campo de los movimientos sociales. Los nuevos fenómenos de movilización social, como las luchas por los derechos civiles, el ecologismo, el pacifismo o el feminismo, surgidos en los años sesenta en Europa y los EE.UU., pondrían en evidencia la distancia entre el marco teórico disponible y la nueva realidad empírica.
El enfoque de los nuevos movimientos sociales que se dieron en Europa era en respuesta al reduccionismo del marxismo ortodoxo que explica toda acción social a partir de la dicotomía estructura/superestructura y que considera a la clase obrera como único actor de los movimientos.
Ahora estamos ante un nuevo mundo, ante unos nuevos ciudadanos y ante unos gobiernos que han de dar soluciones a los cambios culturales y macroestructurales que dan lugar a nuevas identidades que emergen a través de los movimientos sociales.
Las protestas son una fase de intensificación de los conflictos en el sistema social. La movilización iniciada por una “vanguardia” tras percibir un cambio en la estructura de oportunidades reales se expande a otros grupos y, a poco que los partidos políticos no les atiendan, se expandirá y multiplicará.
Los ciclos de protesta se caracterizan por un aumento y difusión del conflicto por el efecto demostrativo de las primeras movilizaciones, cambios en el repertorio de confrontación donde se ponen a prueba nuevos marcos culturales, aparición de nuevas organizaciones y radicalización de las existentes y un incremento de información e interacciones entre los grupos movilizados y entre estos y las autoridades.
Todo esto es el resultado de una clase dirigente cuyas preocupaciones parecen ser ajenas a las de los ciudadanos y sobre todo, una clase dirigente que se ha convertido en el tercer problema de la ciudadanía, por encima, incluso, del terrorismo.
No les interesa de quienes son las competencias del Guadalquivir, no quieren saber nada sobre una caja única, dan la espalda a partidos políticos con listas repletas de imputados. Son personas que ven como los bancos les niegan unos créditos para poner en marcha sus ideas emprendedoras, personas que ven como pagan jubilaciones multimillonarias a directivos mientras ellos no pueden ni soñar con tener una hipoteca. Personas que no pueden llegar a fin de mes trabajando 15 horas diarias y se encuentran a cargos políticos con tres sueldos (cuyos ingrsos superan los 200.000 € anuales) y que se justifican afirmando que "Ellas trabajan más que nadie". Son personas que ven como expresidentes tienen sueldos o pensiones vitalicias por más de 80.000€. Son ciudadanos y ciudadanas que quieren trabajar, poder mirar al futuro con optimismo.
Será interesante ver como cambian ahora los discursos los partidos políticos, pues el granero de votos no está en los indecisos, estas elecciones las ganará quien sepa llegar a los votantes desencantados.
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