En relación con la calidad, el modelo que se desarrolle en la oferta formativa ha de ser su seña de identidad, que de forma transversal se aplique en todos los procesos y actuaciones.
Es importante destacar que hay que dar el mismo nivel de importancia en este modelo a lograr el crecimiento sostenible de la economía territorial y la mejora de la empleabilidad, inserción y cualificación de su capital humano, como a la calidad del modelo y la satisfacción de los colectivos a los que se dirige la formación (trabajadores y trabajadoras de todos los niveles organizativos, mujeres, jóvenes, personas discapacitadas, colectivos con especiales dificultades para el acceso al empleo, mayores de 45 años…). Con un enfoque de mejora basado en la calidad del servicio se han articular los mecanismos necesarios para poder medir los resultados de los objetivos que se planteen, lográndolos mediante los programas y las actividades que se implanten.
La mejora de la calidad del servicio de Formación para el Empleo parte de Calidad en la oferta, y se ha de sustentar en la satisfacción de las personas usuarias (alumnos y alumnas), clientes y empresas mediante las acciones que se realizan para cumplir con los objetivos del servicio.
Así se parte de la concreción y descripción de los objetivos que se persigan:
Mejorar la cualificación: adquirir o desarrollar las competencias requeridas por el mercado de trabajo para el ejercicio de una profesión o desempeño óptimo en un puesto de trabajo.
Aumentar la empleabilidad: posibilidades que poseen las personas para encontrar un empleo.
Aumentar la inserción: incorporación de las personas a un puesto de trabajo acorde con su cualificación profesional.
Para conseguir estos objetivos, se han de diseñar y articular programas que cuenten con acciones en función de las necesidades detectadas en los territorios, del colectivo al que se dirigan y los objetivos específicos que persiguan.
Un elemento imprescindible de la calidad del servicio de formación para el empleo, es la homogeneización en el desarrollo del mismo, de forma que se perciba como único y se diferencie en el mercado por el "sello" que proporciona su imagen y forma de actuar, dentro de la MARCA FORMATIVA. Es por ello, que se hace necesario que se comparta la "mejor manera de prestar el servicio", de forma que éste sea percibido como único con independencia del lugar en que se realice, la especialidad, el cliente o las personas destinatarias.
En este proceso de homogeneización la imagen, referida a la utilización sistemática de la MARCA, juega un papel fundamental, y como elemento transversal debe estar en todos los documentos, materiales y presentaciones realizadas para la prestación del Servicio, como de las instalaciones y recursos que se dispone.Para cada uno de estos aspectos han de estar fijados los estándares de calidad que serán considerados como los requisitos mínimos exigibles en la prestación del servicio de formación, con independencia de los exigidos por el programa bajo el que se actúe o por los certificados de profesionalidad. Así mismo en los casos en que sea necesario se establecerían protocolos de actuación o se reactivarán o adaptarían los ya existentes. FORMATIVA
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